Pastor Lic.Juan Carlos Sánchez Saborío
sanchezroman@racsa.co.cr Una revista norteamericana acaba de publicar los resultados de una encuesta nacional realizada en los Estados Unidos de América (E.U.A.) para conocer a aquellos que se denominan a sí mismos como cristianos, lo que equivaldría según algunas estadísticas, hasta un 80 % de su población total.
Los datos reflejaron una disparidad y asimetría en el estilo de vida y moralidad, compromiso, identificación y espiritualidad, entre los que se dicen ser seguidores de Jesús.
El estudio evidenció la existencia de cinco categorías de cristianos en E.U.A., los cuales, se clasifican de la siguiente manera:
1. Cristianos Activos. Corresponden al 19 % del total y sus características son:
Creen que la salvación viene por medio de Jesucristo.
Son asistentes frecuentes a la iglesia. Leen la Biblia. Aceptan posiciones de liderazgo. Se sienten obligados a compartir su fe y un 79% lo hace. 2. Cristianos Profesantes. Representan el 20% del total y se reconocen porque:
Creen que la salvación viene por medio de Jesucristo.
Enfatizan la relación personal con Dios y Jesús.
Están menos involucrados en la iglesia que los activos, en asistencia y servicio.
Tienen menos compromiso para leer la Biblia, lo hace el 63%.
Tienen menos compromiso para compartir la fe.
3. Cristianos Litúrgicos. Son el 16% del total y se identifican porque:
Pertenecen a iglesias muy tradicionales y jerárquicas.
Asisten con regularidad a la iglesia.
Tienen un alto nivel de actividad espiritual, expresada mayormente en la iglesia y la comunidad.
Reconocen la autoridad de la iglesia.
4. Cristianos Privados o secretos. Equivalen al 24% del total y se distinguen porque:
Son el segmento más grande y más joven.
Creen en Dios y en hacer buenas obras.
Tienen una Biblia, pero no la leen.
Tienen interés espiritual pero no dentro del contexto de la iglesia.
Sólo uno de cada tres asiste a la iglesia y casi ninguno es líder o servidor en ella.
5. Cristianos Culturales. Son el 21 % del total y se diferencian por:
Poseer poca actitud o comportamiento religioso externo.
Estar apercibidos de Dios, pero tienen muy poco involucramiento personal con Dios.
Afirmar que hay muchos caminos para llegar a Dios.
Favorecer una teología universalista.
No consideran a Jesús como esencial para la salvación.
Específicamente ante las prácticas que tradicionalmente se asocian con el término “ser cristiano”, y que son: Asistir regularmente a una congregación; leer la Biblia y creer en Jesucristo, la encuesta dio los siguientes resultados:
Asistir a la iglesia, es una práctica del 95% de los cristianos llamados activos pero cae a un 35% en los cristianos “privados” (o secretos) y a un 30% en los cristianos “culturales”.
La lectura de la Biblia fuera de los cultos es en realidad del 98% de los cristianos activos, pero desciende a un 34% en los cristianos privados y a un 23% en los cristianos culturales.
Aceptar a Jesucristo como Salvador y Señor es el elemento principal y característico de una persona que se llame cristiana, según el 90% de los cristianos activos y profesantes, pero para los cristianos litúrgicos, privados y culturales lo más importante es creer en Dios. Es decir, para ellos, que son la mayoría de los que se llaman cristianos, Jesús no es Él: la figura central de su fe.
Algunas reflexiones
1. Aunque la encuesta refleja el presente de la iglesia cristiana en E.U.A., dadas las condiciones actuales, bien se puede estar ante nuestro futuro inmediato o quizás parte de nuestro presente. Parece necesario hacer un estudio semejante en nuestro país para poder enfrentar con sabiduría dicha realidad.
2. Emergen del estudio algunos puntos muy críticos que debemos pensar desde nuestra práctica ministerial y eclesiástica:
· Necesitamos edificar iglesias locales con una presencia real y significativa en su entorno social. El desánimo de muchos por la iglesia local viene como resultado de una mixtura de factores: malos ejemplos en el liderazgo, un pésimo testimonio de los integrantes de la congregación y una incongruencia entre lo que se predica y lo que se vive, lo que ha llevado, entre otras cosas a que la iglesia local ya no sea considerada como la única proveedora del crecimiento espiritual. Mucha gente divorcia la fe de la iglesia. Cada vez menos gente va a las iglesias y por ende su desarrollo espiritual no es el resultado de su asistencia a la Iglesia sino de lo que logra adquirir al “consumir” en otras instancias mediáticas tales como la radio, televisión, Internet y literatura.
· Necesitamos una generación de creyentes bien entrenados y equipados en la Verdad para que puedan ser embajadores de Cristo en medio de una sociedad que habla mucho de espiritualidad pero no quiere aferrarse a las demandas bíblicas.
· Necesitamos paralelamente, una generación de apologistas cristianos que puedan hablar con propiedad el lenguaje de los sectores que están desilusionados con la iglesia local y el liderazgo y puedan, enseñar con toda vehemencia y exactitud crítica el consejo de Dios para estos tiempos.
· Necesitamos una generación de comunicadores masivos del Evangelio que sean más bíblicos y menos especulativos, más cristocéntricos y menos antropocéntricos, más corporativos en su entendimiento de la fe y la vida cristiana y menos individualistas y egocéntricos, más con visión de Reino de Dios y menos con enfoques caudillistas y de feudales.
· Necesitamos revisar constantemente el mensaje que estamos predicando: ¿Estamos comunicando el Evangelio Eterno de nuestro Señor Jesucristo o estamos tratando de congraciarnos con nuestros interlocutores con mensajes que le sean agradables y omitimos decir cosas que le puedan disgustar pero que son evidentes en las Escrituras? ¿Estamos predicando de conformidad con las Escrituras o en estamos en contubernio con los tiempos y deseos de las multitudes?
· Necesitamos reevaluar los criterios actuales que muchos usan para hablar de éxito ministerial, tales como espiritualidad, cantidad de membresía, énfasis en los cultos y eventos. El falso triunfalismo está haciendo daño al desarrollo sano, sólido y sostenible de la comunidad de fe. Un buen cristiano no se forma sólo por la exposición a un culto o a un ministro específico, el buen creyente es el resultado del seguimiento diario de Cristo.
Finalmente, sin lugar a dudas, lo que más necesitamos es una generación de cristianos que vivan, reflejen y muestren en su diario vivir su nueva vida en Cristo Jesús con la guía y por el poder del Espíritu Santo.
“Hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, al hombre perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo.
Así ya no seremos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de
hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error; sino que, siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo, de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir
edificándose en amor”.
(Efesios 4:13-16)
i Leadership, Fall 2007, Vol. XXVIII, No. 4, Page 19.
1 comentarios:
Buenas tardes, soy pastor en Chiclayo Perú, es muy importante el articulo, nos da una muy buena evidencia de la iglesia, es mi oración que aquí en Perú por lo menos la situación sea otra. Que Dios le bendiga, es un excelente documento.
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