LIDERAZGO – I Timoteo 3:2-7
S&A: por Efraín Álvarez.
Leerlo desde la traducción LA
Cómo ustedes saben, nadie mejor calificado que Pablo para establecer los requisitos que deben adornar la vida de un líder cristiano. Inspirado por el Espíritu Santo, él nos pinta un cuadro sencillo pero bien claro de cualquier persona llamada por Dios. Hace resaltar de una manera práctica los patrones de conducta que abarcan toda la personalidad del líder. Y hacia allí apuntamos nosotros en esta clase, ver estos requisitos de una manera ordenada.
1- REQUISITOS SOCIALES
Tomemos atención que Pablo comienza la descripción con una aseveración de tono firme. El dice: “Es necesario…” De manera que estos requisitos son imprescindibles. No pueden faltar y tampoco pueden obviarse o tomarlos livianamente. Nada en el servicio cristiano es superficial.
Si no estamos dispuestos a ser honestos con nosotros mismos, con una actitud humilde, dispuestos a hacer cualquier sacrificio con tal de aprobar el examen que Dios nos toma, mejor abandonemos la idea de “servir al Señor.”
Servir al Señor significa estar dispuestos a pagar un precio en este mundo con tal de alcanzar en el más allá “la corona de vida que Dios ha prometido a los que le aman.”
Aquí no hay lugar (en el mundo del liderazgo) para los cómodos, los perezosos y los “chicos mal criados”. En el reino de Dios hacer la voluntad del Padre es lo único que tiene valor.
¿Qué es lo necesario, que llega a ser imprescindible?
En primer lugar el líder debe ser IRREPRENSIBLE (o irreprochable).
El diccionario lo define de este modo: “Se aplica a la persona o cosa que no tiene faltas o a la que no se le pueden señalar faltas.”
No quiere decir que sea perfecto, pero sí que vive en una conducta que no permite a nadie, ni en el ámbito de la iglesia ni fuera de ella, que se hable mal de su líder.
Como sabemos todo líder está expuesto constantemente al ataque y al desprestigio de los murmuradores – que abundan dentro y fuera de la iglesia – éstos se verán impedidos de hablar si la conducta es irreprensible.
El adversario tratará de manchar y ensuciar nuestra reputación. Así que como alguien dijera: “no solo debemos ser santo sino que debemos parecerlo.”
Ahora en segundo lugar dice que debe tener “buen testimonio” para con los de fuera de la iglesia.
Es en la vida diaria, en el trabajo, en el estudio etc. donde mejor se puede apreciar si el carácter del cristiano es sincero y genuino.
Hay muchos cristianos, comerciantes o en puestos gerenciales, o estudiantes que no llevan a sus empleados, amigos o familiares a los pies de Cristo porque sus testimonios los desautoriza. En la semana vivían como hace el mundo y el domingo son miembros activos de su iglesia.
Debemos ser observadores. Tenemos que mirar detenidamente y aprender. Con humildad debemos decir al Señor: “Ayúdame a tener buen testimonio con los de afuera”.
Los no cristianos, a pesar de sus críticas, respetan los ideales del cristianismo y cuando los ven reproducidos en el estilo de vida de una persona, ellos también desean tener una experiencia parecida.
Por eso el carácter de un líder u obrero cristiano debe inspirar para los de fuera de la iglesia respeto, confianza y admiración.
Conclusión
Una iglesia con líderes de estas características siempre será respetada por la sociedad en que se encuentre. Como dice el lenguaje del amor: No grites, no ofendas,
no juzgues, no humilles, no indispongas, sé noble.
Sé grande, se integro, sé sincero, sé humilde…
¡Sé líder!.
Los gritos son señal de debilidad,
La humillación es señal de pobreza,
La calumnia es señal de indiferencia, de bajes y envidia.
La agresividad es falta de nobleza, Y señal de inseguridad.
El verdadero liderazgo se obtiene cuando…
se es íntegro, humilde, sincero, equitativo, leal y ético.
Fuentes: Biblia versión Lenguaje actual.
http://estudiosbiblicoscristianos.net
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